Shaoran le confiesa a Meilin que esta enamorado de Sakura, Meilin
parece comprender los sentimientos de Shaoran, pero en realidad le duele mucho
el saber que lo ha perdido y con sus ojos llenos de lágrimas busca refugio en
las piernas de Tomoyo.
Comprender que el amor no es negociable, es entender que somos almas
libres, sin restricciones, que amamos aquello que hace que nuestros ojos dancen
al ritmo de un silencio incomodo, de un hola susurrado y de una mirada perdida.
No es bueno aferrase a algo que sabemos que tarde o temprano encontrará su
destino, pero nosotros no hacemos parte de ese destino. Comprender que no somos
amados es parte del madurar, y el corazón no madura sino es a golpes de plumas.
- Meilin, tú también me simpatizas, eres buena amiga.
-¿Por qué me dices eso?
- Por lo tanto...si algo llegara a suceder, piensa que cuentas
conmigo.
Las anteriores lineas, son de una conversación entre Tomoyo y
Meilin, donde se nota el gran corazón de Tomoyo, la cúal es de esas amigas que
ama estar al lado de las personas que quiere y que desea que todos estén bien y
sobretodo sanos, que tengan un corazón muy sano. Tomoyo conoce el daño que
causaría una desilusión y por eso le brinda su hombro a Meilin, porque sabe que
lo va a necesitar,( aunque en este caso sus piernas y rodillas).
Quizás somos como Shaoran; que no sabemos cuando desnudar nuestros
sentimientos con alguien. Somos como Sakura; que andamos distraídos en la vida,
pensando en todo, menos en el sentir de un corazón. Somos como Meilin; pensando
ilusamente que todo tiene que ser tal y cual como uno quiere, pero hay cosas
que toman un rumbo distinto y no vale la pena cambiar nuestro rumbo por seguir
el de otro, hay que seguir por el camino que ya se venia y pensar que más
adelante se encontrará una buena compañía.
Meilin nos enseña que hay que aceptar que no somos amados, nos
enseña que llorar y desahogarse es parte del duelo…
-Estoy muy molesta… No es justo, yo siempre he querido a Shaoran
como nadie en el mundo, yo misma me propuse que nunca me dejaría derrotar… ¿por
qué me tiene que pasar esto a mi? Y lo que más me pone furiosa es que no puedo odiarla….hoy me pondré a llorar hasta que mis ojos no puedan derramar una
lagrima más, para que no vuelva a llorar nuevamente por Shaoran.
Meilin,
en las rodillas de Tomoyo.