Hoy diré que la amistad, esa que
tanto buscamos y que queremos disfrutar; sí, existe.
Teniendo en cuenta que hay
personas que te hacen el día a día, que tu tiempo y el tiempo de ellos se
cruzan siempre, tus espacios casi siempre están llenos de personas que sin
saberlo son tus amigos; personas del trabajo; personas del barrio; personas de
estudio; personas de la calle. Todos cumplen o mejor dicho se apoderan de un
tiempo en tu vida y con esas que disfrutas más el tiempo son las que si un día
no están… todo se vuelve diferente.
Quien comparte su tiempo,
comparte su vida. Yo he compartido mucho de mí, en el trabajo, en el estudio,
en el barrio, la mayor parte del tiempo estoy rodeado de personas, que sin
darme cuenta se han vuelto parte de mi vida, van conociendo cosas de mí, ya que
es el tiempo el que hace que las cosas tornen un color diferente. He compartido
lagrimas con muchos de mis compañeros de trabajo, risas y demás, pero todo esto
se debe a que las personas llenan y llenan mucho más cuando el tiempo junto es
mayor.
Al final del día todos vamos a
entrar a nuestras casas y allí no habrá nadie más que tú y tus compromisos
familiares, pero la familia es parte de esas cosas que vienen predeterminadas
en la vida, no puedes desinstalar algunas tías, ni desactivar algunos primos, no.
En cambio, si puedes actualizar algunos compañeros y aceptar de una buena vez
que son amigos, porque estando tanto tiempo juntos se fueron creando lazos, los
sentimientos se volvieron más afectivos, las risas se empiezan a disfrutar más,
las lágrimas se vuelven solo fortalecedoras y te hacen ser más leal y que lo
sean contigo.
Cuando compartes tiempo,
compartes cada página de tu vida y sin saberlo ya eres un libro abierto.